Como cada día, Marcelo recoge a sus hijos en el piso de su exmujer. Como cada día juegan a "a ver quién llega antes": ellos bajan por las escaleras, él en el ascensor, un divertimento que a su expareja no le gusta. Pero cuando un día Marcelo llega el primero al piso de abajo los niños no están. No están en ningún sitio. El miedo empieza a aflorar cuando una llamada telefónica les catapulta al horror: un secuestrador pone precio para la liberación de sus hijos. Marcelo tendrá que asumir la fragilidad de su mundo y decidir hasta dónde está dispuesto a llegar para recuperarlo. .